la rama tiembla el árbol alerta a la tierra sabia que feliz

la rama tiembla el árbol alerta a la tierra sabia que feliz acepta no puedes mentirte cuando al cuerpo obedeces cuando vigoroso arrastra a tu frágil existencia destino asumido plegaria cumplida hay una primer palabra y una posterior secuencia ingobernable y hay una voz que de ellas nace y a ellas obedece prevenir es imposible responder es fatal acierto estás limpio no hay promesas incumplidas lo sabes los tuyos lo saben y padecen tu deuda es otra tu deuda es tu intransferible camino no hay final anticipado al ignorado final establecido lo sabes la incerteza exige y alimenta hoy el pan se multiplica hoy el hambre abraza hoy el hombre llama

el tiempo es cómplice de tu afortunada condena caminas piernas

el tiempo es cómplice de tu afortunada condena caminas piernas y brazos desgarrados caminas erguido caminas reptando tu cuerpo es dilatado círculo tu cuerpo es serpiente y uróboro veneno y alimento nada ha cambiado todo has olvidado desde aquel remoto pasado cuando el preciso universo inició su giro todo has olvidado de aquel antes ilusorio no hay preguntas que a tu infancia intenten conquistar el ojo vigoroso posa la mirada en el sucesivo instante te mientes si miras hacia atrás allí sólo quedan imágenes de una vieja y ajena película

alguien ha lavado tus pies y quisieras que los tuyos entrasen

alguien ha lavado tus pies y quisieras que los tuyos entrasen al río el sol despiadado no es obstáculo la luna rocosa ilumina la cobardía asesina paciente y urgente esperas la carne dilata el instante retuerce tristezas y espera las líneas de tus manos continúan otras manos la piel no es obstáculo la cobardía mutila el salto al universo transforma contemplas extasiado las estrellas del abismo a nadie puedes regalar lo que a nadie pertenece duele la belleza duele el amor duele la verdad duele nacida vida la verdad duele a nadie puedes privar a nadie abortar a nadie ignorar abandonas palabras y silencios siembras multitud

la noche invade el instante y el rígido tiempo del hombre velas

la noche invade el instante y el rígido tiempo del hombre velas por los tuyos mas no deben saber que los cuidas el hombre es la pudorosa tierra del hombre es el pudoroso cielo es su inquebrantable silencio tu vida no es límite a tu oficio la ausencia libera siempre habrá un hijo que de su padre aprenda y a su padre niegue y a la vida escuche anónimo derrumbe anónimo parto anónima dicha el cuerpo todo medita la palabra es silencio maravillado comprendes maravillado renaces aquella dilatada vigilia quebró tus huesos y liberó semillas los cuidas en secreto los cuidas el mañana espera

los tuyos invocan tu presencia dispones del tiempo todo mas no

los tuyos invocan tu presencia dispones del tiempo todo mas no hay tiempo que perder los tuyos padecen su ausencia partido de tu hogar partes sus espejos tu regreso confunde la grieta es incurable herida la carne siempre fértil siempre sangra tu regreso confunde les debes la distancia del que ha abierto la puerta tu regreso no es regreso tu camino es círculo sobre el río quieto nube de insectos apenas brisa sobre la tierra sedienta el sol y aquel otro de frío fuego plateado sobre la tierra sedienta leche de hembra les debes la distancia del que ha abierto la puerta les debes la vida que te han robado engañados debes tu vida siempre a la vida lo sabe sobre el agua pasos sutiles sobre la tierra ausencia

más allá del cansancio cercano al mar infatigable sobrevives

más allá del cansancio cercano al mar infatigable sobrevives amor respiras honduras lates ardor sin nada para conquistar ni guerras que pelear sobrevives amor más allá de la vida y del aborto caminas quietud ya no arroja el mar tus desechos ya no incendia el sol tus cenizas caminas quietud frescura lunar apenas alguna ola en tu mar íntimo los ojos cerrados contemplas sereno silencio no es horizonte aquella línea que une y separa al cielo y al mar no es horizonte aquella línea azul y amarilla no es horizonte tu piel golpea fervoroso el sol tu inexistencia sonríe ama camina más allá del horizonte y del pecho del hombre más allá de la espalda y del remoto pasado más allá del mañana y del instante sonríe ama celebra

el mar una y otra vez arroja a la orilla tu cuerpo agotado

el mar una y otra vez arroja a la orilla tu cuerpo agotado inmensidad infatigable humanidad por los siglos consagrada humanidad por los siglos desgarrada el amor y el dolor son tan indisoluble vínculo como estéril es el necio intento por desatarlos golpea fervoroso el sol a la arena ardiente no hay más que tu cuerpo y tu sombra y el mar siempre el mar los ojos cerrados la piel es fuego no sabes si el cuerpo está parado sentado o tendido sólo rojo y amarillo y blanco y fuego sólo quieto siempre quieto sólo silencio siempre silencio involuntario amor sobrevuela los dos desiertos el de arena y el de agua y sal no sabes tu cuerpo no sabes vida y muerte tan una sobrevuelas silencio aquel otro desierto de corazones muertos sobrevuelas soledad sobrevives amor